Nombre: Tanaka Minato
Edad: 35 años (difunto)
Defunción: 31 diciembre
Estatura: 180 cm
Apariencia: Pelo verde oscuro, piel clara, ojos verdes, complexión normal, gafas
Ocupación: Inspector de Policía
Estadísticas: 38/60 = Aguante 5 Fuerza 6 Velocidad 7 Agilidad 7 Destreza 6 Inteligencia 7
Carismático
Alegre y cercano. Le era imposible caer mal.
Le apasionaba leer libros, ya fueran sobre derecho, historia o literatura.
Amaba a su familia y su familia le amaba. Fue un padre, un policía y una persona genial. Se implicaba y esforzaba en su trabajo siempre con buen carácter, lo que no le impedía ponerse serio cuando la situación lo requería.
Se convirtió en Inspector a temprana edad.
A los 24 años comenzó el periodo de prácticas y pronto presenció, junto con sus mentores, un delito flagrante sobre el que actuó sin pensarlo dos veces. Quizás fue imprudente dada su situación de aspirante, pero le salió bien. Entre el público de lo sucedido se encontraba Kōichi, quien fue cautivado por Minato.
Minato, como es lógico, no recordó a Kōichi cuando, 8 años después y recién convertido en inspector, se presentó en su despacho para... Saludarle. Su amistad no comenzó muy bien pero Minato la hizo funcionar. Fue la única persona que supo acceder al Kōichi sensible y amable ( a parte de los difuntos padres de Kōichi ), y a quien de vez en cuando dedicaba una sonrisa.
Se convirtió en el único amigo de Kōichi y descubrió su asombrosa capacidad, además de que siempre estaba dispuesto a ayudarle y de hecho le sacó de más de un apuro. Pero también descubrió a SlayOut. Convenció a Kōichi de lo peligroso que era perder el control de esa manera, y en cierto punto le amenazó con dejar de ser su amigo si SlayOut volvía a aparecer. Kōichi no quería que eso sucediese, y se esforzaba por mantener la calma, pero nunca logró el control total.
Cuando le asignaron el caso de Bloody Yuki se volcó más de lo habitual en la investigación, junto con dos de sus subordinados: Tōru y Kota. Visitaba a Hikari en el tenebroso zulo que usaba de morada, prácticamente todos los días, para intentar sonsacarle información. Pero los descubrimientos eran insuficientes y los asesinatos se seguían acumulando.
Lo único que conseguía con los escasos avances era aumentar la preocupación por su seguridad, la de sus subordinados y la de su familia. Tuvieron la oportunidad de dejar el caso, que parecía demasiado grande para ellos, pero Minato, aún quedándose solo, decidió seguir adelante.
Kōichi le insistía en ayudarle, como tenía por costumbre, pero Minato lo rechazaba alegando que ese caso era especial. Finalmente cedió y el 31 de diciembre llamó a Kōichi pidiendo su ayuda. Quedaron en verse esa misma noche, pero por lo visto a Bloody Yuki no le pareció bien y liquidó a Minato antes de que pudiese encontrarse con Kōichi para contarle todo lo que sabía.